Lo que D. Mario dijo fue “envergadura”, seguro. Pero al cronista se le fundieron los plomos de la ortografía. Que ya tiene guasa en una separata especial, y en la era de los correctores ortográficos. Pero no se le fundieron del todo, es más, coló de polizón una de las reglas ortográficas más abstrusas del español. La de la “m “ antes de la “b” o “p”. En realidad fue un hipercultismo. ¿Cómo es esto posible?
Porque NO SE LEE. NO SE LEE LO SUFICIENTE.
En el momento que uno lee tres novelas con la dichosa palabrita se te queda. Para siempre. Es inevitable, pura memoria visual automática. Aunque ni siquiera sepas lo que significa. ¿Cómo es posible que un tipo que se gana la vida escribiendo no lea?
Y para más INRI en un artículo que celebra el Premio Nobel de Literatura.
Citando a otro Nobel: “Manda cojones.”
Sí a todo...
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